Gazpacho 6 años después

Esta es una receta que me llamó la atención hace al menos unos 6 años atrás. Recuerdo que también era verano y que para variar estaba tratando de adelgazar, con la diferencia que en esa época tenía 10 kilos menos a los de hoy, pero no era capaz de darme cuenta y disfrutar el momento; menos iba a saber que ese era el mejor estado físico que alguna vez jamás tuve y que al final, como dice el comercial, no hay mejor edad que la que se tiene ahora.

Pero bueno el asunto es el gazpacho, que al ser una receta en base a tomate (menos de 20 calorias por fruta o ¿verdura?) lucía bastante light para mi, excepto por el pan y las varias cucharadas de aceite de oliva que en mi primera receta eliminé. Error, ya que el resultado no fue una rica sopa fría, si no más bien algo muy cercano a un pebre más licuado.

6 años después vuelvo al gazpacho con más madurez, sabiendo que las cosas más grasosas y masosas son definitivamente las más ricas y que si los kilos de más sólo significan verse más redonda, a la mierda lo light, y vamos con la receta como los andaluces mandan:

(Ingredientes para 4 porciones grandes 0 6 porciones de entrada)

– 4 tomates maduros (¡hay que aprovechar que estamos en temporada y que los tomates hasta huelen a tomate!

– 1 pepino de ensalada

– 1/2 cebolla

– 1/2 pimentón verde (si es grande sino uno chico completo)

– 1 diente de ajo

– 1 pan duro (una marraqueta)

– 1/2 taza de aceite de oliva (o 4 cucharadas grandes)

– sal, pimienta

La preparación es en extremo fácil: se pela y corta en pedazos pequeños (para facilitar el licuado) el tomate, el pepino y el pimentón. Con la cebolla y el ajo es bueno tener la precaución de una vez pelado y cortado, ponerlos en un recipiente y agregarles agua hirviendo, remojarlo unos 5 minutos y luego enjuagar bien con agua fría, para que no queden tan fuerte  (y que no parezca sopa de pebre como me pasó la primera vez). Luego si nos caben todos los ingredientes en la juguera, ponemos todo, si no primero molemos los tomates con la cebolla, luego agregamos el pepino y el pimentón, un poco de sal y pimienta y al final el aceite con el pan duro, que previamente se remoja en agua.  Todo se licua bien y se sirve, igual que la venganza, frío.

Para finalizar agregamos un poco más de aceite de oliva al plato, también el aceto balsámico puede ser un gran complemento. Esta vez quedó bastante bueno, pero tengo la impresión que para el tercer intento saldrá perfecto.